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Tras la publicación del coeficiente de desempleo del INDEC, la economista Clara Razú alertó sobre el crecimiento de la desocupación “en muy poco tiempo” y lo consideró un “agente disciplinador” para desalentar los inminentes reclamos salariales. Asimismo, remarcó que, “detrás de esos números, hay familias”.

De acuerdo al informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), durante el segundo trimestre del año el desempleo ascendió al 9,3 por ciento de la población, lo que implica que, hasta el momento, unas 1.165.000 personas no tienen trabajo. El sector más afectado por la retracción es el manufacturero, particularmente las PyMEs. En tanto, los despidos fueron tanto en el ámbito público como en el privado.

En ese contexto, la economista Clara Razú hizo hincapié en que “detrás de ese porcentaje se refleja una cantidad importante de personas que están desempleadas y, además, detrás de ellas hay familias”. Y aseguró: “La cifra es más que alarmante porque aumentó mucho el desempleo en muy poco tiempo y es preocupación para los trabajadores que antes no existía y que, después de varias décadas, vuelve a estar en la agenda económica política”.

Asimismo, la además docente de esta Casa de Altos Estudios, afirmó a El1 Digital: “Uno de los principales problemas es que la actual gestión toma al trabajo como un bien o un servicio, cuando, en realidad, es un factor productivo. No es una cuestión de medición sino de una buena política económica revertir esta situación”. En ese sentido, aseguró: “El desempleo empuja al mercado no formal y también se emplea como disciplinador”:

En esa misma línea, Razú puntualizó: “El desempleo se emplea para que no existan reclamo salariales, genera temor ante la posible pérdida de trabajo. En estos momentos, hay gremios que están solicitando la reapertura paritaria y otros, lo que acordaron de manera semestral, que empiezan a discutir el segundo tramo. Es una política económica minuciosamente estudiada”.

A le quién conviene los salarios bajos
Para Razú, negociar “salarios a la baja” o tener “una alta tasa de desempleo” contribuyen para que los nuevos puestos que se puedan genera sean a poco sueldo. “Un coeficiente elevado de desocupación sirve para alcanzar un mejor ingreso al Tratado Transpacífico de Cooperación Económica, el convenio internacional al que desea ingresar este Gobierno”, precisó.

“En esta condiciones, se logra la diminusión de los costos laborales con el propósito de ser posibles receptores de algún tipo de inversión. Además, esta caída en los sueldos de los trabajadores no va a generar más trabajos. Científicamente quedó demostrado cuando en los 90 los salarios cayeron y el desempleo aumentó”, manifestó la economista.

El panorama en La Matanza
Según Razú, en el Distrito hay muchas cooperativas que no pueden continuar trabajando por los problemas económicos que deben afrontar a diario. Fundamentalmente, el pago de los servicios públicos y la adquisición de las materias primas para poder producir. Asimismo, confirmó que “el desempleo aumentó considerablemente y que creció la cantidad de personas que acuden a los comedores».

“La desocupación es un objetivo de la política económica de este Gobierno. Antes, estábamos insertos en el mercado internacional por otros aspectos más positivos, ahora, el perfil es otro: bajos costos laborales para producir bienes de menor valor agregado y, así ser atractivos para eventuales inversores. Cómo se llega con estas medidas a pobreza cero, realmente, no lo entiendo”, concluyó Razú.

Fuente: El1 digital