La Cooperativa Indiel no produce por falta de luz
La única fábrica de arranques y alternadores para vehículos del país está parada desde fines de mayo, y sin custodia. Sus trabajadores piden ayuda para vender la mercadería y así poder pagar el suministro eléctrico.
En ese contexto, se quejan por la insensibilidad del Gobierno Nacional, Provincial y sobre todo Municipal, a quien recurrieron a través de la Secretaría de Producción, que virtualmente los ignoró.
Se agrava la crisis en la cooperativa Indiel: tras una serie de 83 despidos y sueldos de los 170 que quedaron que permanecen impagos desde abril, ahora, la ex Prestolite, se quedó sin servicio eléctrico, imprescindible para trabajar. Por ende, hace ya más de una semana que la producción de la fábrica nacional de insumos para automotores está parada, víctima del tarifazo que viene arrasando con la actividad industrial y comercial del país.
Así lo confirmaron sus trabajadores que se expresaron en lucha a través de un comunicado, y en particular a NCO, uno de ellos, Rubén Cena, quien fue desvinculado por la comisión directiva de la empresa en los últimos meses, tras 7 años de trabajo, por el único motivo de no aceptar la entrega de unos “créditos laborales” que ofreció la firma, en una maniobra administrativa poco clara.
Como si esto fuera poco, el miércoles 1 de junio por la mañana también se quedaron sin custodia privada. Según el socio, la misma dirección retiró a los vigilantes, con lo que los obreros decidieron resistir para cuidar a la mercadería y la maquinaria, lo único que les queda para seguir e intentar salir adelante.
Ahora, la mayor preocupación que tienen los miembros de Indiel -que ya ha sabido superar malas situaciones, como cuando en 2012 salvaron la factoría de la desaparición, conformando una cooperativa- es poder vender los arranques, alternadores y demás artículos que tienen en stock para saldar la deuda de luz y recuperar entonces el suministro eléctrico para poder producir y reparar, sin perder más puestos de trabajo.
Frente a la falta de respuesta de toda instancia de gobierno a la que recurrieron, como por ejemplo el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) y la Secretaría de Producción de La Matanza cuya titular es la ex ministra, Débora Giorgi, los trabajadores apelaron a la solidaridad a través del comunicado: “Convocamos a todos los repuesteros del rubro a que nos contacten para comprar nuestros productos de forma directa y también a los talleristas y particulares a traer a nuestra fábrica sus alternadores y arranques, pero también todo tipo de trabajos para tornos, centros a CNC y balancines”.
“Sabemos que es difícil, pero queremos volver a poner de pie esta histórica fábrica, un símbolo de la industria nacional automotriz”, finaliza el escrito.
Crisis en cadena
Por un lado, la falta de electricidad en la planta de Lomas del Mirador impide que trabajen las otras dos ubicadas en San Luis, ya que éstas trabajan en base a las materias primas que se envían desde La Matanza, explicó Rubén Cena. Este freno afectará a su vez a la industria automotriz argentina, que se abastece en gran parte de la producción de Indiel.
Asimismo, de los 83 trabajadores que fueron desvinculados de la empresa desde noviembre pasado, entre ellos Rubén, varios de ellos no pueden resistir en la lucha por recuperar sus puestos durante tanto tiempo, por más compromiso que sientan con la cooperativa, ante la situación económica actual. Cena admitió que muchos se han visto obligados a buscar otros empleos -con las dificultades de la poca oferta, de las malas condiciones, de tener una edad avanzada y de perder la antigüedad- para poder pagar el alquiler y dar de comer a su familia.
El problema es que ellos son los mismos que la levantaron en 2012, cuando los capitales norteamericanos de Prestolite abandonaron las plantas de La Matanza y de San Luis, dejando deudas y sueldos impagos, y se asociaron en forma de cooperativa para defender sus puestos de trabajo en esa casa que tanto les costó mantener. Así lo relató el socio, y destacó que gran parte de los actuales obreros llevan más de 20 años, hasta 40, vinculados a la empresa, ya a poco tiempo de jubilarse.
En tanto, Cena confesó la incertidumbre que siente junto a sus compañeros, ante la falta de apoyo y de atención por parte del gobierno municipal, provincial y nacional, entendiendo la importancia de este emblema de la industria que significa Indiel para el país.