Para analistas, la caída del dólar ilegal marca la nueva estabilidad cambiaria
La cotización del «blue» perdió un 20% desde su pico en septiembre del año pasado. Aseguran que las medidas que tomó el gobierno, que implican un mayor flujo de dólares, derivan en más previsibilidad del tipo de cambio. Relativizan el impacto de la demanda de divisas por importaciones y turismo.
Desde la asunción de Alejandro Vanoli como presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA), lo que derivó en una mayor coordinación en las políticas de fiscalización y control del mercado cambiario con el Ministerio de Economía, la brecha cambiaria entre el dólar ilegal y el oficial retrocedió del 89% al 49%, sin acudir a una devaluación para ello. Expertos consultados por Tiempo Argentino concluyeron que la mayor estabilidad cambiaria se mantendrá a lo largo de 2015 y permitirá que las reservas se mantengan en un nivel levemente inferior al actual.
«El gobierno tomó medidas consistentes con el objetivo de lograr un mercado de cambios estables», opinó Gabriel Holand, director de HR Global, quien agregó que «se prioriza controlar la inflación a riesgo de atrasar un poco el tipo de cambio, y si es necesario, frenar un poco la actividad para evitar mayores importaciones. El objetivo es que el poder adquisitivo de los salarios aumente en el año electoral.»
Enrique Dentice, economista de la Universidad Nacional de San Martín, coincidió con este diagnóstico, y añadió que «la compra de dólar ahorro se vuelca después al mercado ilegal, aumentando la oferta y haciendo caer la brecha cambiaria». En este sentido, la venta de divisas registrada por la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) para tenencia ascendió a U$S 456 millones en enero y U$S 350 en lo que va de este mes. Este dinero es una inyección de liquidez en el mercado y satisface la necesidad de divisas de una parte de la población.
Pero hay también explicaciones para las decisiones de los inversores sofisticados. Según Alejo Costa, analista de Puente, «la suba de la tasa de interés en pesos y la caída en la expectativa de devaluación ha acercado el rendimiento de los bonos en pesos y los dollar-linked contra los nominados en dólares. Esto quita demanda a los últimos, deprimiendo el contado con liquidación.» Asimismo, para Costa la suba de los precios en el exterior afectan a este tipo de cambio, que surge de comprar el bono en el mercado local en pesos y venderlo afuera a cambio de divisas.
Todos los especialistas coincidieron en que impactó positivamente la administración financiera de las reservas. «El gobierno se sentó en las reservas y el efecto de las importaciones es muy bajo. Además, se prevé el ingreso de yuanes por parte de China, alguna inversión fuerte relacionada con YPF y una emisión de deuda para rescatar el Boden 2015 que se paga en octubre», enumeró Dentice, quien consideró que las reservas terminarán el año en torno de U$S 30 mil millones. En este sentido, tanto el economista de UNSAM como Holand coincidieron en que el financiamiento con China ha sido productivo y permite obtener dólares en el mercado de Hong Kong o pagar importaciones del país oriental. «Esto es un acuerdo estratégico de largo plazo», agregó Dentice.
En el mismo sentido, Costa indicó que desde Puente estiman «que la cosecha de granos va a ser parecida a la del año pasado, pero con los precios más bajos. Nuestro escenario de base es con una leve caída del 5% en las cotizaciones para fin de año y una liquidación de alrededor de U$S 20 mil millones pero ayuda que los precios del gas y el petróleo que importamos se van a mantener estables.» Pero eso no alcanzará para cumplir con todas las obligaciones financieras. Por ello, prevén «una colocación de deuda de U$S 2000 millones. No sólo hay que pagar el Boden 2015, sino también deudas de U$S 1000 millones de la provincia de Buenos Aires, si no se reendeudan. Las reservas a fin de año serán de U$S 27 mil millones.»
«Nadie cree que va a haber problemas en el año», opinó Holand, respecto de la coyuntura. «Si no empeoran las condiciones de Brasil, se mantiene la estabilidad. Las reservas son un problema, pero depende de lo que se haga. Si se lanza una emisión de bonos como la de diciembre, el mercado la va a tomar porque es un muy buen rendimiento.»
Existe un debate sobre qué ocurrirá después de diciembre. Para Dentice, «los policy-makers del sector privado tienen la expectativa de que con el cambio del gobierno va a haber otra política económica, con mayor contracción de la economía, menos emisión y arreglo con los buitres, que harían fortunas». Costa, por otro lado, enfatizó «la potencial entrada de capitales. Nuestro mercado hoy es injustamente de frontera, con países que están en guerra. Si cambian los fundamentals, los precios van a subir mucho.» Holand, por otro lado, fue más escéptico respecto a la confianza: «El gobierno que viene va a hacer lo mismo porque las devaluaciones no sirven. Y en algún momento va a haber un acuerdo con los buitres, pero no por el monto que piden. Los mercados no apuestan a fantasías. Si invierten es porque ven que la situación está controlada.»
Fuerte caída del riesgo país
Desde mediados de diciembre, el riesgo país cayó 173 puntos básicos, ubicándose a 650 puntos, muy lejos de las predicciones de los agoreros que presagiaban un default. Por el contrario, estas cifras distan de ser las de finales de 2001 (2000 puntos), cuando el ministro de Economía, Domingo Cavallo intentaba seducir a los mercados financieros o de 2002 (7000 puntos), cuando Roberto Lavagna intentaba comenzar las negociaciones luego del default.
El riesgo país, que quedó grabado en la memoria de los argentinos, es el diferencial de rendimiento de los bonos argentinos en dólares respecto de la tasa libre de riesgo, y varía inversamente con el precio de los títulos. Esto implica que con la baja del riesgo, la cotización del Bonar 2024, por ejemplo, aumentó de U$S 99 a U$S 105.
Alejo Costa, analista de Puente, consideró que «la Argentina, por sus fundamentals, no merece tener el riesgo país que tiene, sino uno mucho más bajo. Sus títulos son castigados por el mercado por ciertas cuestiones coyunturales, como la falta de financiamiento y el litigio con los holdouts. Pero el sector financiero está adelantando que, cuando estos problemas se resuelvan, los precios van a aumentar considerablemente.»
En el mismo sentido, Enrique Dentice, economista de la Universidad de San Martín, dijo que este nivel de riesgo país es «siete veces más alto de lo que paga el mundo», pero que carece de importancia inmediata porque «nosotros no nos estamos endeudando. Cuando queramos salir al mercado de capitales, esos 650 puntos son el piso que el gobierno va a tener que conceder a los bonistas.»
Para el titular de HR Global, Gabriel Holland, esto está relacionado con inversores institucionales a nivel mundial. «Hay grandes jugadores que apuestan una porción de su portafolio en activos de más riesgo. Entre invertir en una empresa de dudosa reputación y comprar Boden 2015 que paga 8,75% por un gobierno que ha pagado religiosamente, eligen lo segundo. Y esta decisión mueve mucho el mercado, porque los locales tampoco quieren deshacerse de sus títulos. Entonces, los precios suben y el riesgo país baja.»
Fuente: InfoNEWS